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El doctor y neurocirujano Ricardo Díaz-Romero Paz señala medidas efectivas para mitigar el dolor de cuello y espalda, y recuerda que, con frecuencia, la hernia discal o la estenosis espinal no requieren una cirugía de columna

Con frecuencia, frente a patologías como la hernia discal o la estenosis espinal, la solución no pasa por la cirugía de columna

 

El dolor de espalda es la afección que genera mayor incapacidad en todo el mundo, supone la primera causa de baja laboral y es una de las primeras causas de consulta en atención primaria y urgencias más del 80% de la población lo ha padecido alguna vez en su vida. Pero más que su intensidad, lo que tiene un efecto demoledor es que el dolor persista y restrinja nuestras actividades habituales. Sin embargo, se pueden tomar medidas eficaces para reducir esta probabilidad. En este sentido, los estudios científicos realizados en las últimas décadas prueban la falsedad de muchos conceptos asumidos como ciertos y convertidos en mitos populares. 

 

Falsos mitos más comunes relacionados con el dolor de cuello o de espalda

FALSO: si me duele la espalda, debo guardar reposo (preferentemente en cama dura)

 

Durante muchos años, los especialistas han creído que el reposo estricto era útil para tratar un episodio de dolor de espalda y que, además, era mejor hacerlo en una cama dura. Esta recomendación deriva de la consideración de que la lumbalgia se origina, casi exclusivamente, como consecuencia de sobreesfuerzos físicos. Sin embargo, se ha demostrado que el reposo en cama, especialmente si este es superior a 48 horas, empeora el tono muscular y prolonga el dolor. En cuanto al colchón, actualmente se recomienda uno de firmeza intermedia.

 

FALSO: mi médico necesita una radiografía o resonancia magnética para saber por qué me duele la espalda

 

La creencia en la importancia de la radiografía simple proviene de la época en la que esta era el único método diagnóstico que permitía ver en el interior sin operar. Sin embargo, en las dolencias de columna, esta es de utilidad solo en casos específicos (sospecha de fractura o aplastamiento vertebral). En los dolores debidos a hernia discal o estenosis espinal, no estaría indicada y expone innecesariamente al paciente a una radiación ionizante equivalente a 15 a 20 radiografías de tórax. 

 

Muchas personas creen que requieren necesariamente de una resonancia magnética para diagnosticar el origen de su dolor de cuello o espalda, pero esto es un error. Es verdad que la resonancia magnética mejora mucho la visualización del disco intervertebral y otras estructuras, pero solo está indicada cuando hay sospecha de enfermedad sistémica o ante la necesidad de cirugía. Con la resonancia magnética aumenta el riesgo de atribuir erróneamente el dolor a hallazgos o “alteraciones estructurales” que también pueden estar presentes en personas sanas.

 

FALSO: la cirugía es la única manera de curar definitivamente el dolor de cuello o espalda

 

La cirugía puede ser muy efectiva pero en casos muy concretos, que afectan a una minoría de pacientes con problemas específicos causados por algunas hernias discales y la estenosis espinal sintomáticas. La cirugía no tiene efecto preventivo, la mayoría de las alteraciones estructurales de la columna vertebral no son enfermedades, por lo que operar para corregirlas (estéticamente) no resuelve nada. 

 

La cirugía de columna vertebral ha evolucionado sustancialmente estas últimas décadas debido a la introducción técnicas de mínima invasión, nuevos abordajes y materiales; sin embargo, el tratamiento quirúrgico de enfermedades de la columna presenta una variabilidad alarmante en la indicación y uso de técnicas. Por ejemplo, la cirugía de fusión espinal (artrodesis) es la que más variaciones padece, indicándose mucho más habitualmente en unos centros que en otros. La forma de mitigar esta variabilidad radica en el enfoque multidisciplinar y responsable que se adopte a la hora de manejar estas patologías.

 

¿Qué puedo hacer para ayudarme a mí mismo a mitigar el dolor de espalda?

Lo más efectivo contra el dolor de espalda es evitar el reposo en cama y mantener el mayor grado de actividad física. En cuanto el dolor haya mejorado, se debe hacer ejercicio o deporte de manera regular; solo de manera puntual, el paciente puede acostarse o usar collarín durante un periodo breve. El ejercicio activa la circulación sanguínea que reciben los músculos. Son efectivos los ejercicios que se realizan en agua, los que fomentan fuerza muscular, el yoga, y el Pilates. El único momento en el que no se recomienda el ejercicio intenso es en pleno episodio agudo de dolor o al producirse exacerbaciones de dolor crónico. El efecto del ejercicio no es inmediato puede tardarse entre 12 y 16 semanas para beneficiarse plenamente de su efecto. Un supervisor (fisioterapeuta) puede ayudar a individualizar el ejercicio, adaptarlo a su progresión, reducir el riesgo de lesión y aportar motivación adicional.

 

Mantener una actitud mental activa y positiva, participar en programas de educación sanitaria que enfaticen este enfoque de enfrentarse al dolor para no permitir que dirija nuestras vidas, y mantener al mayor grado de actividad. También es muy importante la higiene postural: adoptar posturas y movimientos para reducir las cargas, y asimilar pautas ergonómicas muy básicas al pasar muchas horas sentado, trabajando en el ordenador, para evitar posturas forzadas, para lo que también conviene levantarse y moverse, brevemente, cada 45 minutos. Sin embargo, lo fundamental es desarrollar una musculatura lumbar y abdominal potente y entrenada: así resulta muy difícil lesionar los discos intervertebrales o vértebras. 

 

En cuanto a las características de la cama, es importante contar con un colchón viscoelástico de firmeza intermedia de 5 o 6 puntos en la escala de 1 al 10. También, es recomendable usar una almohada que facilite que el cuello esté alineado con el resto de la columna. El empleo de corsés o fajas lumbares debe limitarse a las fases iniciales de recuperación de un aplastamiento vertebral o, transitoriamente, para facilitar la movilidad durante un episodio de dolor, pero no parece tener una influencia significativa en la evolución de dolor.

 

¿Cuándo tengo que pedir ayuda al médico?

En general, un episodio de dolor de cuello o columna, que dura menos de 14 días y que no se acompañe de signos generales como fiebre o trastornos de la movilidad de extremidades, puede no requerir la visita al médico. 

 

En caso de duda, siempre es mejor acudir a consulta, donde se evaluará la situación. 

 

En los casos de dolor refractario a tratamiento habitual, alteraciones de la movilidad y una duración del dolor de más de dos semanas, se debe consultar con el médico.

 

¿Cuándo pensar en la cirugía de hernia discal y de estenosis espinal?

Una de las principales causas de dolor lumbar y ciático es la hernia discal. Lo habitual es que se trate de un proceso benigno que se resuelva espontáneamente en un plazo de entre 6 y 12 semanas. Durante ese tiempo, pueden necesitarse determinados tratamientos conservadores para aliviar las molestias y favorecer la recuperación del paciente: medicamentos para el dolor y relajantes musculares recetados por el médico, fisioterapia o inyecciones epidurales de medicamentos esteroides.

 

La cirugía electiva programada se considera en los casos de hernias discales que no mejoran con el tratamiento conservador aplicado durante 6-12 semanas y ante la persistencia de dolor irradiado intenso, lo que dificulta realizar las actividades diarias básicas, como estar de pie, caminar o, eventualmente, cuando existe pérdida de la fuerza en el brazo o la pierna.

 

En el caso de la estenosis espinal, se recomienda la cirugía cuando el estrechamiento es tan severo que comprimelas estructuras nerviosas internas y comienza a ser sintomático. Tras el tratamiento conservador aplicado durante 3-6 meses, si el paciente continúa con dolor irradiado limitante o claudicación de la marcha, la cirugía es una opción efectiva.

 

¿Cuáles son las técnicas de cirugía de columna más efectivas y seguras?

Los procedimientos más recomendados para tratar las hernias lumbares son los procedimientos mínimamente invasivos. Estos procedimientos eliminan la presión de la raíz nerviosa y proporcionan un mejor ambiente de curación para el disco. Por lo general, con esta cirugía sólo debe eliminarse la pequeña porción del disco que empuja contra la raíz nerviosa, y la mayoría del disco permanece intacto. Existen dos tipos de cirugía mínimamente invasiva: la microdiscectomía, que utiliza un microscopio o una gafas lupa para poder aumentar el tamaño del campo quirúrgico, y la cirugía endoscópica, que es una técnica muy prometedora.

 

En los casos de estenosis de canal espinal, la cirugía favorece la descompresión posterior (laminectomía), pudiendo añadirse una estabilización si fuera necesaria. En la actualidad, tenemos la posibilidad de realizar esta cirugía mínimamente invasiva a través de pequeñas incisiones en la piel: se utilizan retractores tubulares que se colocan mediante dilatadores secuenciales que evitan la disección del músculo. La recuperación es más rápida, hay menor riesgo de infección al haber mucho menos tejido expuesto durante la intervención, y el dolor postoperatorio es menor, dada la mínima lesión tisular, lo que requiere de menos analgésicos. Adicionalmente, la mayoría de las cirugías descritas pueden hacerse con estancia hospitalaria muy corta, en torno a las 24 horas de hospitalización.

 

Prescripción rigurosamente basada en la evidencia científica

 

Independientemente de la importancia del desarrollo tecnológico y de los avances en las nuevas técnicas en la cirugía de columna que ofrece Hospital San José, el centro basa el desarrollo de toda su actividad en su compromiso con los valores humanitarios y con la práctica de una Medicina ética y de calidad por parte de sus profesionales. 

 

En este sentido, ante la gran incidencia de la patología de cuello y espalda que aborda el Servicio de Neurocirugía, el doctor Ricardo Díaz-Romero hace hincapié en que «lo esencial es su adecuada indicación, basada rigurosamente en la mejor evidencia científica actual», por lo que considera fundamental «reconocer y confiar en profesionales que cuenten con la honestidad y la experiencia suficientes como para obtener un buen resultado, porque lo más valioso que tenemos es nuestra salud».